¿Por qué no convertir TU VIDA en una aventura que te apetezca vivir?
Debemos revisar los parámetros con los que definimos el mundo, la vida.
Revisar los parámetros con los que nos definimos a nosotras.
Son tan importantes esos sentidos y significados que cambian una vida entera por completo
en un segundo.
Verás,
Mi nombre es María y quiero contarte un poco de mí, por si te sirve.
Antes, como todos, solía sentirme insegura.
Me frustraba pensar si sería capaz de tener éxito, si sería capaz de hacerle frente a la vida, que tan capaz sería de llegar a ser, a hacer o a tener aquello que me propusiera.
La eterna duda, si podría llegar a conseguir.
No tenía títulos, ni profesión de alto valor y esos parámetros que la sociedad te hace aceptar como indicadores de éxito afectaban mi autoestima y me condicionaban a obtener resultados que no deseaba para mí.
Todo por una razón. Una.
La percepción que había aceptado para mí.
Los ojos con los que me veía.
Había creado una percepción limitada que hacía que desconfiara de mi capacidad, de mis habilidades para ser, hacer o tener lo que quisiera y me volví dependiente, frágil, quebradiza.
Me había encajado en un rol. Una imagen. Una identidad que envolvía cada célula de mi piel y secuestraba todas mis decisiones a decisiones de mierda.
Al tiempo conocí personas que pensaba tenían más “educación” que yo, por tener más títulos, con más oportunidades, y no, muchos también tenían vidas reventadas y comprendí que ese factor, el de la educación formal y reglada con sus diplomas, no era el condicionante del logro y mucho menos el de sentirte viva y bien.
El condicionante primigenio que crea tu vida es la percepción que tengas de ti sin que importe su naturaleza.
La idea que gestes desde esos parámetros de percepción, abre y cierra las posibilidades de lo que puedes llegar a ser, a hacer y a tener en todas las áreas de tu vida.
La que te da tus opciones.
En fin, amiga, la idea de ti, la percepción de ti misma, la imagen con la que solo tú te ves y haces que te vea el mundo la eliges tú y te da un valor especial.
Tu valor.
La vida respeta ese valor y desde ahí se determinan tus posibilidades.
Delimitas a un rango lo que es posible para ti y también lo que no.
TÚ Y TUS IMÁGENES. YO Y LAS MÍAS. Cuánto nos unen.
Con cada imagen un resultado distinto sostenido en una percepción.
¿Cómo se enfrenta la vida cuando no crees en ti y cuando ya no te gusta ni un pelo lo que estás viviendo?
Con ACTITUD con C y en mayúsculas.
La ACTITUD con la que tú decidas hacer frente a la vida es el primer paso al progreso.
La actitud derrota la duda, la indecisión, la indiferencia, la preocupación y la timidez que nacen del miedo gestado en una percepción limitada de ti, pequeña, carente y te conecta con el coraje para enfrentarte con todo lo que te detiene.
Si ya tienes actitud solo te falta conocimiento. Aprendizaje. Un proceso que te lleve de donde estás a donde quieres ir, que te enseñe a mudarte la piel, que te abra a nuevos comienzos.
Todo triunfo, logro, éxito y prueba superada llegan como CONSECUENCIA natural de aplicar consistentemente unos fundamentos básicos, sin invenciones, son reglas.
Yo, hoy, ahora, SÍ deseo convertir mi vida en una experiencia que me apetezca vivir y creo que, y corrígeme si me equivoco, si tú estás aquí, también deseas lo mismo.
Soy escritora, lo sabes, pero tengo una colección de Enseñanzas para la Vida, bueno… para LA BUENA VIDA, la que tú y yo queremos vivir que me gustaría compartirte.
Las escribo a diario. Las entrego al correo desde mi newsletter directo a mi gente, luego te muestro mis libros.
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